miércoles, 5 de diciembre de 2012

05.12.12. Los huérfanos de Chávez.

Queremos decir con esto que la oposición saldrá triunfante del trance del 16 de diciembre? No lo sabemos a ciencia cierta, pero hay un hecho incontrovertible. El gran protagonista de este drama brilla por su ausencia. No está, no interviene, no convoca cadenas, ni siquiera aparece en la distancia para darle aliento a los ahora sus candidatos huérfanos









   Foto: Google
Si bien Chávez le ha sacado provecho a su enfermedad y eso habla muy bien (o muy mal) de su determinación de permanecer en el poder, pase lo que pase, ahora está pasando todo lo contrario. A diferencia de ocasiones anteriores no se las está jugando todas por sus candidatos a pesar de que muchos de ellos iniciaron la campaña en desventaja. Desventaja, además, que proviene de su estilo mandón y caprichoso, pues plantar artificialmente a Aristóbulo en Anzoátegui a Tareck El Aissami en Aragua o a Vielma Mora en el Táchira (ilustres desconocidos en esos estados), son decisiones que favorecen a los candidatos de la Unidad Democrática.
Es cierto que en Chávez, cuando gana, opera la soberbia y la confianza absoluta en su poder de convocatoria. "Si pongo un caso de papas, un saco de papas será gobernador". También lo es que su celo minucioso en ser la estrella solitaria y única que brilla en el espacio sideral de su exclusiva propiedad, ha castrado los liderazgos regionales de su partido (amén de que aborrece la descentralización) y por eso, a la hora de la escogencia (por él y no por la comunidad de su partido) de los candidatos a gobernadores, impera como factor preponderante de su decisión el grado de fidelidad y no los atributos de liderazgo y compenetración de los candidatos con las poblaciones de los estados que pretenden liderar.
Si a eso le añadimos el hecho indiscutible de una enfermedad que lo obliga a retirarse del "campo de batalla" en pleno fragor del combate, concluimos que en esta oportunidad no es él contra Capriles, Pablo, Pérez, César Pérez Vivas, Barreto Sira o Andrés Velásquez (para mencionar sólo a cinco líderes indiscutibles, conocidos y reconocidos en sus regiones, aun cuando son muchos más), quien esté dando la pelea, sino sus bates "quebraos". Por eso la presencia activa y beligerante del "ausente" resulta indispensable y angustiosamente necesaria para empujar a unos cuantos pobres candidatos(as) perdidos en comarcas que le son ajenas y forzosamente abandonados por un jefe supremo confinado en la habitación de un hospital habanero.
¿Queremos decir con esto que la oposición saldrá triunfante del trance del 16 de diciembre? No lo sabemos a ciencia cierta, pero hay un hecho incontrovertible. El gran protagonista de este drama brilla por su ausencia. No está, no interviene, no convoca cadenas, ni siquiera aparece en la distancia para darle aliento a los ahora sus candidatos huérfanos. En fin, no lucha por los suyos cuando más lo necesitan y esto es una novedad. ¿Que esté esperando su momento y tres días antes del 16 aparezca súbitamente para decirle al país, "aquí estoy, repotenciado, renacido y reforzado, voten por los míos" es un escenario posible, pero quizás ya tardío e inútil.

 Fuente: http://www.analitica.com/va/politica/opinion/1296131.asp

Etiqueta: Venezuela, Encuesta.

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